Aprendiendo emprendiendo: De combatir el calor a combatir la pobreza.
Aquí comenzó mi espíritu emprendedor. De adulta, se supone que iba a ser abogada, pero el llamado del propósito despertó a la emprendedora que habita en mí.

La historia de una emprendedora serial.
Me crié en una zona de Ponce, una ciudad de Puerto Rico que sufría de los azotes de dos varas: la pobreza y un tremendo calor que nunca bajaba de los 95ºF. Dos enemigos que me dediqué a combatir desde temprana edad.
A mis 9 años de edad mi pasatiempo era preparar Limbers, unos helados típicos de la cultura boricua. Cuando mis amigos y vecinos tenían sed, dejaban sus monedas a cambio de estas refrescantes delicias.
Los ingredientes necesarios para mi emprendimiento eran “financiados” por la generosidad de mis tías. Como valor agregado, inventaba juegos con peceras y velloneras, donde echaban unas monedas por la oportunidad de ganar más helados.
De pasatiempo a emprendimiento.
Los niños solían divertirse con muñecas o carritos. En cambio yo pasaba mis horas jugando Monopoly o con una caja registradora, cuando no estaba dedicada a la producción de mis Limbers.
Ambos juegos se transformaron en herramientas de aprendizaje que me ayudaron a visualizar las metas que aspiraba alcanzar.
Casi sin darme cuenta, de forma orgánica, había convertido mis pasatiempos en un modelo de negocios. Con el dinero que producía ayudaba a mi mamá a comprar la ropa que necesitaba, y colaborar con pequeños gustos que mi familia no podía darse. Incluso, podía ahorrar. ¡Qué felicidad siempre fue poder compartir junto con mis seres queridos!
A medida que fui creciendo, pude reconocer que una de mis fortalezas era un pensamiento de abundancia con un llamado de acción al propósito, mi misión.
Rompiendo con las creencias
Aquí comenzó mi espíritu emprendedor. De adulta, se supone que iba a ser abogada, pero el llamado del propósito despertó a la emprendedora que habita en mí.
No fue fácil reconocerla y tampoco hacerle caso al llamado. Antes de comenzar el camino, sentí temor y ante la necesidad de reducir riesgos de colapsar financieramente sin intentarlo, me creí la idea de que podía hacer crecer un negocio mientras me empleaba y así tenía un sueldo “seguro”.
Dándole espacio a esas creencias que a muchos nuestro entorno nos han sembrado, me puse a buscar empleo desesperadamente, me entrevistaron en más de tres instituciones financieras y hasta me llevaron a una tercera ronda, y para mi suerte, ¡ninguna me aceptó!. El rechazo movió algo dentro de mi que pude reconocer de inmediato. Mi camino era conectarme con mi propósito de vida, para el cual vine a este mundo, y comenzar a emprender. ¡Jaque mate! y .
En medio de una Crisis, nace los cimientos de un gran Huerto
Si de algo estaba segura, era que lo que emprendiese tenía que ser de revolución social, cubrir una necesidad básica de vida, ser innovador y de impacto social económico disruptivo.
Acababa de terminar mi primera maestría en una universidad en USA justo después de la burbuja económica de la década del 2000. Identificando el “dolor” del mercado es donde nació la oportunidad. El impacto que tendría la debacle económica en los bolsillos del consumidor se vislumbraba que sería destructivo, donde se reduciría el acceso a ingresos, a capital prestado y aumentaría la pobreza a nivel global. Esto fundamentó la visión de negocio y enraizó el mantra hacia la sanación financiera y crediticia.
En medio de la crisis económica global hace 15 años fundé mi primer negocio en serie de un grupo corporativo, con una visión de modelo central disruptivo, transformativo y de impacto social en la industria financiera.
Este se convirtió en la semilla de lo que sería las raíces de todo el bosque.
Malabarismo Empresarial
Como cualquier otro “startup” los primeros dos años del negocio fueron los más desafiantes financieramente mientras garantizaba el crecimiento y sostenibilidad de la operación. Trabajaba desde mi apartamento rentado y mi primera inversión de capital para materiales fueron $1,026 obtenida de una tarjeta de crédito, sin saber cuánto ni cuándo me iba a retornar. para colmo era una obsesiva con tener buen crédito. Mi abuelo siempre decía que “el crédito era la esperanza del pobre”. Lo llevo muy arraigado y les confieso que por primera vez tenía la incertidumbre de si iba a poder repagar la deuda en algún momento y el temor de que si fallaba, lo perdería todo.
En aquel momento no estaba consciente del nivel que podíamos llegar a producir con tan sólo una línea de crédito con dinero prestado, hoy esos $1,026 han representado un retorno en ingresos de más de 40 Millones de dólares y hemos podido dar empleo a más de 900 personas alrededor del mundo.
El negocio creció exponencialmente batiendo año tras año el récord de crecimiento, generando un enorme potencial de desarrollo a nivel global de cara al Unicornio.
Hoy me pregunto; qué hubiera sido de mí y y cómo me hubiera sentido de no haber comenzado.
Fintech con enfoque en desarrollo sostenible
Así se convierte en realidad Legal Credit Solutions y Credit Healing para ayudar a democratizar el acceso a capital prestado, y a que más personas tengan escalabilidad y movilidad socio-económica obteniendo nuevas fuentes de ingresos. Esto, en un modelo de negocios de Fintech basado en una plataforma disruptiva de tecnología que nos permita crecer escalable y transformar los malos hábitos de conducta financiera y de consumo del individuo.
Siendo un modelo pionero e innovador, y alineado a los objetivos de crecimiento y desarrollo económico social, enfocado en reducir la pobreza e inequidad financiera de países desarrollados, así como los emergentes, ha resultado desafiante el proceso de implementación de la visión.
El camino no ha sido lineal ni plató. Muchas veces me he preguntado; cuanto más nos falta por llegar. Pero, jamás he dudado de su perfección.
La Sabiduría de las Caídas
Aunque un tanto rústico y escabroso, este fue el camino que luego de múltiples derrotas, nos ha llevado a las victorias. No existe un emprendimiento sin riesgo, y algún riesgo sin pérdida.Fallar es una característica orgánica que tenemos los emprendedores , y también ganar cuando asumimos el valor del riesgo.
El costo de ser principiante o inexperto en algunas áreas se asume en las pérdidas, pero también te genera la adquisición de un “know how” que termina siendo el valor intangible más importante que le puedes proveer a tu organización. Llegar a este punto de expertise requiere de una ruta pedrosa con múltiples caídas y desafíos que sólo un emprendedor con propósito a través de la pasión puede llegar a alcanzar.
Recuerdo mi primer desafío como si fuera hoy. Allá para el 2008, llevábamos dos años en el mercado, los clientes llegaban a través de las recomendaciones de otros, la operación se hacía cada vez más costosa y necesitaba aumentar volumen de ventas, la cadena de referidos se estaba quedando pequeña en comparación a la necesidad de inversión de capital para crecimiento, y la estrategia era hacer publicidad masiva o lanzar mi imagen en los medios como colaboradora en temas de crédito y finanzas, y hacer publicidad a través de la estrategia de colaboración.
Si no salíamos, podíamos colapsar en poco tiempo. Teníamos un gran reto, el cash flow alcanzaba solo para tres meses y el riesgo del costo de la inversión en medios de publicidad no lo teníamos y debíamos solicitar una línea de crédito para esto.
Cuando el agua nos llegó hasta el cuello, solicitamos la línea de crédito y diseñamos una estrategia de mercadeo donde decidí lanzarme como imagen de la empresa con expertise en temas de crédito y finanzas participando cada semana en los principales programas de Tv y Radio en el país. Esto reforzó la campaña y humanizó a la marca. Fue en ese momento donde se catapultó y posicionó la empresa en todo el país, creció exponencialmente cada año y alcanzó el 20X como pico de crecimiento.
Lo más doloroso de mi carrera no ha sido esto. Fue en el momento donde tuvimos que realizar una reestructuración operacional y despedir empleados.Esto para poder crecer ordenadamente y financieramente sostenible. Resulta que el crecimiento nos arropó. El Ferrari estaba a punto de estrellarse. Crecimos más rápido al igual que los gastos, que el movimiento del cash flow proporcionalmente No fuimos al mercado a buscar capital prestado o inversión y entendíamos que por la velocidad que iba de crecimiento abrupto el negocio podía sostener su crecimiento orgánico que estaba siendo como una inflación, sin necesitar capital externo, financiandose con su propio capital. Error!!!!.
Estuvimos al borde de descapitalizarse.Para evitar un colapso en nuestro mejor momento, tuvimos que desacelerar su crecimiento, reducir los costos operacionales, terminar los proyectos más importantes de tecnología para acelerar la automatización, y por ende, estabilizar los costos en proporción al crecimiento.Y un sin número de estrategias operacionales de una lista interminable. Por primera vez sentí la impotencia y una incertidumbre atroz de que cualquier resultado era una posibilidad, que sólo nosotros podríamos lograr ese cambio de ruta. Y así fue.
Cuánto me han dolido las caídas, pero cuanto más me han fortalecido!. Cuando creamos que hemos terminado es hora de comenzar.
Fue aquí donde comenzó mi carrera y magnífico su crecimiento…y las historias continúan.

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La historia de una emprendedora serial.
Me crié en una zona de Ponce, una ciudad de Puerto Rico que sufría de los azotes de dos varas: la pobreza y un tremendo calor que nunca bajaba de los 95ºF. Dos enemigos que me dediqué a combatir desde temprana edad.
A mis 9 años de edad mi pasatiempo era preparar Limbers, unos helados típicos de la cultura boricua. Cuando mis amigos y vecinos tenían sed, dejaban sus monedas a cambio de estas refrescantes delicias.
Los ingredientes necesarios para mi emprendimiento eran “financiados” por la generosidad de mis tías. Como valor agregado, inventaba juegos con peceras y velloneras, donde echaban unas monedas por la oportunidad de ganar más helados.
De pasatiempo a emprendimiento.
Los niños solían divertirse con muñecas o carritos. En cambio yo pasaba mis horas jugando Monopoly o con una caja registradora, cuando no estaba dedicada a la producción de mis Limbers.
Ambos juegos se transformaron en herramientas de aprendizaje que me ayudaron a visualizar las metas que aspiraba alcanzar.
Casi sin darme cuenta, de forma orgánica, había convertido mis pasatiempos en un modelo de negocios. Con el dinero que producía ayudaba a mi mamá a comprar la ropa que necesitaba, y colaborar con pequeños gustos que mi familia no podía darse. Incluso, podía ahorrar. ¡Qué felicidad siempre fue poder compartir junto con mis seres queridos!
A medida que fui creciendo, pude reconocer que una de mis fortalezas era un pensamiento de abundancia con un llamado de acción al propósito, mi misión.
Rompiendo con las creencias
Aquí comenzó mi espíritu emprendedor. De adulta, se supone que iba a ser abogada, pero el llamado del propósito despertó a la emprendedora que habita en mí.
No fue fácil reconocerla y tampoco hacerle caso al llamado. Antes de comenzar el camino, sentí temor y ante la necesidad de reducir riesgos de colapsar financieramente sin intentarlo, me creí la idea de que podía hacer crecer un negocio mientras me empleaba y así tenía un sueldo “seguro”.
Dándole espacio a esas creencias que a muchos nuestro entorno nos han sembrado, me puse a buscar empleo desesperadamente, me entrevistaron en más de tres instituciones financieras y hasta me llevaron a una tercera ronda, y para mi suerte, ¡ninguna me aceptó!. El rechazo movió algo dentro de mi que pude reconocer de inmediato. Mi camino era conectarme con mi propósito de vida, para el cual vine a este mundo, y comenzar a emprender. ¡Jaque mate! y .
En medio de una Crisis, nace los cimientos de un gran Huerto
Si de algo estaba segura, era que lo que emprendiese tenía que ser de revolución social, cubrir una necesidad básica de vida, ser innovador y de impacto social económico disruptivo.
Acababa de terminar mi primera maestría en una universidad en USA justo después de la burbuja económica de la década del 2000. Identificando el “dolor” del mercado es donde nació la oportunidad. El impacto que tendría la debacle económica en los bolsillos del consumidor se vislumbraba que sería destructivo, donde se reduciría el acceso a ingresos, a capital prestado y aumentaría la pobreza a nivel global. Esto fundamentó la visión de negocio y enraizó el mantra hacia la sanación financiera y crediticia.
En medio de la crisis económica global hace 15 años fundé mi primer negocio en serie de un grupo corporativo, con una visión de modelo central disruptivo, transformativo y de impacto social en la industria financiera.
Este se convirtió en la semilla de lo que sería las raíces de todo el bosque.
Malabarismo Empresarial
Como cualquier otro “startup” los primeros dos años del negocio fueron los más desafiantes financieramente mientras garantizaba el crecimiento y sostenibilidad de la operación. Trabajaba desde mi apartamento rentado y mi primera inversión de capital para materiales fueron $1,026 obtenida de una tarjeta de crédito, sin saber cuánto ni cuándo me iba a retornar. para colmo era una obsesiva con tener buen crédito. Mi abuelo siempre decía que “el crédito era la esperanza del pobre”. Lo llevo muy arraigado y les confieso que por primera vez tenía la incertidumbre de si iba a poder repagar la deuda en algún momento y el temor de que si fallaba, lo perdería todo.
En aquel momento no estaba consciente del nivel que podíamos llegar a producir con tan sólo una línea de crédito con dinero prestado, hoy esos $1,026 han representado un retorno en ingresos de más de 40 Millones de dólares y hemos podido dar empleo a más de 900 personas alrededor del mundo.
El negocio creció exponencialmente batiendo año tras año el récord de crecimiento, generando un enorme potencial de desarrollo a nivel global de cara al Unicornio.
Hoy me pregunto; qué hubiera sido de mí y y cómo me hubiera sentido de no haber comenzado.
Fintech con enfoque en desarrollo sostenible
Así se convierte en realidad Legal Credit Solutions y Credit Healing para ayudar a democratizar el acceso a capital prestado, y a que más personas tengan escalabilidad y movilidad socio-económica obteniendo nuevas fuentes de ingresos. Esto, en un modelo de negocios de Fintech basado en una plataforma disruptiva de tecnología que nos permita crecer escalable y transformar los malos hábitos de conducta financiera y de consumo del individuo.
Siendo un modelo pionero e innovador, y alineado a los objetivos de crecimiento y desarrollo económico social, enfocado en reducir la pobreza e inequidad financiera de países desarrollados, así como los emergentes, ha resultado desafiante el proceso de implementación de la visión.
El camino no ha sido lineal ni plató. Muchas veces me he preguntado; cuanto más nos falta por llegar. Pero, jamás he dudado de su perfección.
La Sabiduría de las Caídas
Aunque un tanto rústico y escabroso, este fue el camino que luego de múltiples derrotas, nos ha llevado a las victorias. No existe un emprendimiento sin riesgo, y algún riesgo sin pérdida. Fallar es una característica orgánica que tenemos los emprendedores , y también ganar cuando asumimos el valor del riesgo.
El costo de ser principiante o inexperto en algunas áreas se asume en las pérdidas, pero también te genera la adquisición de un “know how” que termina siendo el valor intangible más importante que le puedes proveer a tu organización. Llegar a este punto de expertise requiere de una ruta pedrosa con múltiples caídas y desafíos que sólo un emprendedor con propósito a través de la pasión puede llegar a alcanzar.
Recuerdo mi primer desafío como si fuera hoy. Allá para el 2008, llevábamos dos años en el mercado, los clientes llegaban a través de las recomendaciones de otros, la operación se hacía cada vez más costosa y necesitaba aumentar volumen de ventas, la cadena de referidos se estaba quedando pequeña en comparación a la necesidad de inversión de capital para crecimiento, y la estrategia era hacer publicidad masiva o lanzar mi imagen en los medios como colaboradora en temas de crédito y finanzas, y hacer publicidad a través de la estrategia de colaboración.
Si no salíamos, podíamos colapsar en poco tiempo. Teníamos un gran reto, el cash flow alcanzaba solo para tres meses y el riesgo del costo de la inversión en medios de publicidad no lo teníamos y debíamos solicitar una línea de crédito para esto.
Cuando el agua nos llegó hasta el cuello, solicitamos la línea de crédito y diseñamos una estrategia de mercadeo donde decidí lanzarme como imagen de la empresa con expertise en temas de crédito y finanzas participando cada semana en los principales programas de Tv y Radio en el país. Esto reforzó la campaña y humanizó a la marca. Fue en ese momento donde se catapultó y posicionó la empresa en todo el país, creció exponencialmente cada año y alcanzó el 20X como pico de crecimiento.
Lo más doloroso de mi carrera no ha sido esto. Fue en el momento donde tuvimos que realizar una reestructuración operacional y despedir empleados. Esto para poder crecer ordenadamente y financieramente sostenible. Resulta que el crecimiento nos arropó. El Ferrari estaba a punto de estrellarse. Crecimos más rápido al igual que los gastos, que el movimiento del cash flow proporcionalmente. No fuimos al mercado a buscar capital prestado o inversión y entendíamos que por la velocidad que iba de crecimiento abrupto el negocio podía sostener su crecimiento orgánico que estaba siendo como una inflación, sin necesitar capital externo, financiandose con su propio capital. Error!!!!.
Estuvimos al borde de descapitalizarse. Para evitar un colapso en nuestro mejor momento, tuvimos que desacelerar su crecimiento, reducir los costos operacionales, terminar los proyectos más importantes de tecnología para acelerar la automatización, y por ende, estabilizar los costos en proporción al crecimiento. Y un sin número de estrategias operacionales de una lista interminable. Por primera vez sentí la impotencia y una incertidumbre atroz de que cualquier resultado era una posibilidad, que sólo nosotros podríamos lograr ese cambio de ruta. Y así fue.
Cuánto me han dolido las caídas, pero cuanto más me han fortalecido!. Cuando creamos que hemos terminado es hora de comenzar.
Fue aquí donde comenzó mi carrera y magnífico su crecimiento…y las historias continúan.